De las mentiras y el crecer

Por: Juan Manuel Tovar

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No quiero crecer, no quiero perder lo que único que me da placer porque envejecer es darte cuenta que los padres y mejores amigos no son héroes, son humanos. El envejecer así sea poco te trae nostalgia y te hace darte cuenta que aunque te prometan por cada estrella el que no te harán daño, se les será imposible, será una gran mentira cada año, como pueden tener un carácter tan imprudente con tu corazón y dejarte caer tan bajo para hasta dejarte sin interacción. Vas a empezar a sentir que cuando los necesites, ellos te van a dejar de necesitar por siempre, pues será en septiembre cuando choque con la realidad y me empiecen a dejar atrás. Y si es verdad nos dijeron que no había garantía que esta vida fuera fácil y que podía que nuestro mundo se cayera a pedazos, pero ¿Nos dijeron a quien acudir cuando te ha mentido en la cara por amor, amistad y compañía? En mi caso no fue así y era ahí cuando lo miraba a él, otro gran mentiroso que hizo daño, prometió no dejarme solo y que iba a pisar cada paso. Otra gran mentira de cada año, que me iba a amar y sin duda alguna me iba a necesitar, que nunca me iba a soltar, una mentira más, otra más y otra más. Y es así que te das cuenta que al envejecer toda tu vida fue una abrupta mentira de los que les diste todo y si les dijiste la verdad de cuanto más podrías dar.