Formar y reformar
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- 29 jun 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 30 jun 2020
Por: Felipe Villarreal
El panóptico es un modelo carcelario que tiene como objetivo dar al guardia, situado en una torre en el centro de la prisión, visión simultánea de todos los presos, que son colocados alrededor de la torre. A través de un sistema en el que no se puede ver el interior de la torre de afuera hacia adentro, se le da a creer a los encarcelados que están siendo vigilados todo el tiempo.
La clave de este modelo es el miedo. Así, el preso genera una autocensura, para evitar que se sospeche de él. El modelo panóptico fue creado en el siglo XVII, por lo tanto, no se considera la inclusión de tecnología como cámaras a la ecuación. Esto facilita el modelo, ya que permite llevarlo a otros aspectos distintos al carcelario, se puede utilizar para el control ciudadano por los gobiernos, para revisar la efectividad del trabajo por parte de las empresas e incluso, puede ser incluido en el ámbito escolar.
En los centros de aprendizaje (o al menos los colegios), el modelo clásico del panóptico siempre había sido eficiente, el profesor podía vigilar al estudiante mientras se ahorraban los gastos de cámaras. Sin embargo, al verse obligados a trasladarse al modelo virtual, ya no se podía observar a los estudiantes presencialmente, y así como la educación tuvo que evolucionar, la vigilancia también.
El movimiento general del sistema educativo se inclinó hacia el uso de plataformas en la nube, en la que el docente puede ver en tiempo real todo lo que el estudiante hace. Ahora bien, no debemos olvidar la diferencia entre los sistemas carcelarios y las instituciones educativas: Mientras la primera pretende reformar, la segunda se enfoca en formar, por lo que, más allá de vigilar, mediante cámaras y tiempos, lo que se debe es inculcar la autonomía. Como dijo Pitágoras, “educa al niño y no tendrás que castigar al hombre.


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