top of page

Geopolítica en tiempos de pandemia

Por: Juan Esteban Amador


La geopolítica, esa ciencia de Estado que analiza los efectos de la geografía en la manera de sobrellevar las relaciones entre países al enlazar, y que indirectamente hoy es aquella ciencia “oculta”, pues a simple vista se puede entender como poco relevante en la vida actual, pero en realidad es más que eso. Gracias a esas relaciones internacionales, muchas civilizaciones se han definido y de este modo, han determinado el actual orden de la sociedad y el mundo en sí. Actualmente, la geopolítica ha tomado un nuevo modo de operar en gran escala, pues la denominada globalización es un factor determinante en la expansión de la geopolítica en una gran dimensión, diferenciándose de las relaciones entre países que se llevaban a cabo en décadas pasadas. En adición, la propagación del coronavirus es catalogado como una pandemia, es decir, que muchas poblaciones se ven afectadas por el índice de expansión y lo que esto puede causar en la salud de un individuo que, elementalmente, indica la muerte, pero a gran escala puede significar el declive de sistemas de salud y atención a la población, eso sí, dependiendo del manejo del Estado que gobierne según la región pues es la que impone el orden en la sociedad. Es por eso la importancia del Estado en momentos como este y aún más cuando a nivel interestatal, se pueden definir a causalidad espacial de los sucesos políticos y sus futuros efectos. Así mismo, la actual pandemia es una variable de vital importancia en este juego de política mundial y aunque no se sabe con certeza que deparan las consecuencias de este virus a futuro si es posible llevar a cabo un análisis de las circunstancias y aclarar el panorama para el mundo y el nuevo orden global porque del mismo modo es evidente que la sociedad no va a seguir llevando a cabo un mismo proceso como el que se ha venido haciendo. En el mismo orden de ideas, las relaciones internacionales no serán lo mismo junto con el orden del mundo.

Las relaciones internacionales se han ido conformando en la historia contemporánea en función de las transformaciones que ha ido experimentando la economía mundial y consigo el imperialismo. “Cada Estado obra según la ley inevitable que le es propia, según una suerte de fatalidad, bajo la presión de fuerzas dinámicas que los estadistas no pueden ordenar” (Ratzel F, 1897). En contraste, podemos encontrar al imperialismo que se puede entender como actitud o forma de actuación política basada en dominar otras tierras y comunidades usando el poder militar o económico, siendo un término esencial en el tema geopolítico por la influencia que genera en las conexiones de países y por la relación de nación dominante-sumiso. Del mismo modo, es sutil afirmar que el imperialismo no se ha extinguido, sino más bien se ha transformado y adaptado al contexto en el que se encuentre. Caso particular, en el siglo XIX, con la formación de los Estados Nación liberales y los imperios coloniales europeos las relaciones internacionales se basaban en la disputa de estos imperios por las áreas de influencia colonial que tenían su principal confrontación en la lucha por dominio, pues su control aseguraba la verificación de las colonias anexadas según el imperio. En esta etapa, las relaciones internacionales estuvieron marcadas por la lucha entre el imperio francés, británico y alemán y la emergencia de Japón en Asia Oriental y EE. UU. en las Américas. Tiempo después, tras la primera guerra mundial (precisamente conflicto ocasionada por el intervencionismo europeo) la naturaleza de los asuntos externos no se vio afectada como tal debido a que esa pugna entre imperios continuaría. Luego, el problema se iría agudizando, empezando con la crisis de 1929 volvería a acentuar las luchas entre los dominantes y llevaría a Alemania a promover la guerra para conseguir el dominio de Europa, y a Japón a invadir China con el fin dominar el Oriente asiático. No obstante, al término de la Segunda Guerra Mundial, la transformación más importante del espacio geopolítico mundo vendría de la mano del movimiento descolonizador que daría lugar al actual entramado final de naciones que conforman la ONU. El movimiento descolonizador tuvo su importancia por la recuperación de la soberanía de las naciones colonizadas, principalmente de China e India por ser las mayores del mundo, pero singularmente la tuvo porque marcó un antes y un después en la historia contemporánea, por constituir la superación del modelo colonial de la economía mundo que había regido desde sus inicios en el siglo XVI. Las nuevas áreas de influencia establecidas por EE. UU. y la URSS se basarían en un modelo de dominio, con ellos mismo como centros de autoridad y una serie de naciones subordinadas a los mismos. De esta manera, las naciones emancipadas del dominio colonial en unos casos se incluirían en estas nuevas áreas de influencia y, en otros, se mantendrían al margen de las mismas como fueron China y la India. En este periodo que duraría desde 1945 hasta la desaparición del bloque soviético en 1991, los asuntos externos estuvieron determinadas por el enfrentamiento permanente entre las superpotencias en la denominada Guerra Fría, en la que los contendientes no llegaban a confrontar directamente pero si lo hacían principalmente en los países en desarrollo por mantenerlos o incorporarlos a sus respectivas áreas de influencia, en el caso de la URSS promoviendo la desconexión del sistema “capitalista” mundial, y en el caso de EEUU, a través de extender el modelo de dominio neocolonial que venía ejerciendo desde el siglo XIX en América latina para promover un sistema capitalista integrado. Tras el final de URSS y de la Guerra Fría, las relaciones internacionales pasaron a estar controladas por un solo centro rector mundial: EE. UU. “En los años noventa del siglo XX, Rusia y China los dos países que mantenían su política independiente en el Consejo de Seguridad de la ONU, no tenían la fuerza internacional ni los lazos con otras naciones para oponerse al dictado de las nuevas relaciones internacionales lideradas por EEUU, pero tampoco lo pretendieron, y no fue por su relativa debilidad respecto de la potencia americana, sino porque ideológicamente y conceptualmente habían llegado a la conclusión que el apego a los cinco principios de la coexistencia pacífica y el cumplimiento de la legislación internacional era la mejor manera de superar la guerra en las relaciones internacionales” (Colomo J, 2013). Por último, en los recientes años se ha evidenciado el conflicto económico entre China y EE. UU. por medio del famoso fenómeno de la globalización. Este es la causa del denominado próximo cambio del orden mundial con un detonante: el coronavirus; China ha sido un país destacado en su lucha por superar el virus y reactivando su economía rápidamente, cosa que no se ve de la misma forma en la potencia americana pues actualmente es la nación más afectada, dejando en desventaja al último y a pesar del lejano fin de la pandemia, es notorio la influencia que va generando el gigante asiático en el mundo porque también ha causado una buena cara en varias naciones con su apoyo brindado para confrontar el virus. Por el otro lado, los americanos poco han podido hacer para brindar esa ayuda que China ha logrado. Esto ha derivado en una crisis diplomática entre estas dos potencias. Objetivamente, las actuales relaciones económicas internacionales, dominadas por Occidente, se han convertido en un obstáculo para el desarrollo de las fuerzas productivas mundiales, y subjetivamente, cada vez más, se percibe por las naciones en desarrollo que deben ser removidas. Con lo dicho, se da a entender cómo el orden mundial va cambiando a partir de hechos desencadenantes de crisis o con el fin de las mismas y aunque es inusual tal crisis sanitaria en contraste a las mencionadas como económicas o políticas, de igual forma, es una crisis humanitaria e ilustra lo que se debe corregir en el sistema de función como sociedad. A partir de lo mencionado, se infiere que el camino es el mismo y el orden cambiará y aquí entra el tema de las relaciones entre países porque se deben tener en cuenta unas buenas conexiones para un buen desarrollo mundial, pero con el decaimiento del poder americano, esto puede desacelerar la globalización que habían conseguido con la caída de la URSS, o, ¿simplemente cambiará de jefe? Dejando a China como victorioso en ser la nueva primera superpotencia y establecerse como el agente dinamizador en ese organización del mundo.

En conclusión, la geopolítica en el mundo se verá transformada, más no finiquitada pues las relaciones internacionales siempre han estado presentes y lo seguirán estando, solo que en este caso el contexto nos indica en un cambio de planes y para que se realice el surgimiento de un nuevo sistema global, es necesario el decaimiento de otra y las relaciones que se pueden dar cambian ya sea a bien o mal con un fortalecimiento o debilitamiento de cada asunto exterior en los países y como se relacionan con los otros para así indicar los nuevas variaciones dramáticas en las ideologías políticas y en el equilibrio de poderes a nivel global. Del mismo modo, a partir de un hecho como esta pandemia, se genera una definición de la naturaleza de la postcrisis y el espíritu de cooperación que se busca materializar entre las grandes potencias y es que se habla de lo que actualmente sucede en la política a nivel geográfico y lo que puede llegar a suceder en cuanto a los asuntos exteriores de países, influencia de países desarrollados sobre los no desarrollados y las fuerzas transformadoras de la economía mundo. Este imperialismo a lo largo de la historia nos ha dejado conflictos de todo tipo, pero lo que realmente debemos tener en cuenta es lo que alguna vez dijo Javier Colomo Ugarte: “promoviendo un sentido de comunidad de destino común, que es la base misma del desarrollo sostenible, y sirve a los intereses fundamentales a largo plazo de todos los pueblos del mundo” (2013).

Referencias:

· Javier Colomo Ugarte. (2013). Las viejas y las nuevas relaciones internacionales. 2020, de Página de estudios y debate sobre geografía, historia, economía, política.. Sitio web: http://www.javiercolomo.com/index_archivos/Foro_bao.htm.

· Albert Demangeon. Adaptado de: Friedrich Ratzel. (1932). Geografía Política. 2017, de EDICIONES COMPLUTENSE Sitio web: file:///C:/Users/User/Downloads/56576-Texto%20del%20art%C3%ADculo-112734-2-10-20170628.pdf.


Entradas recientes

Ver todo
La búsqueda del yo

Valentina Restrepo Amador 11°D El cuento escrito por Borges: “Undr” relata la historia de un personaje que, por estar huyendo, se...

 
 
 

Comentarios


bottom of page