“Poesía sangrante de las amapolas de esta tierra”

Por: Ángel Quiroga

Dormida estás:

Soñando la forma de tu alma,

Imaginando qué tan eterna eres,

¡Flor del delirio!

¡Amapola de mis sueños!

Tus raíces carcomen mi mente,

Haces que lo mortal de mi vida brille.

Te acuestas, duermes, vives;

Eres el símbolo de este mundo,

Lo que se va al cosmos,

¡El sacrificio a lo eterno!

No eres bella,

Eres el mundo,

y gimes en el dolor con los gritos de todas las mujeres,

y ríes, ríes, ríes

como se ríen los ríos.

Eres lo erótico de todo cuerpo:

Tu piel es un río de obsidiana

Tus ojos orquídeas,

Hacen del pastor Califa,

Del carpintero mesías,

Tus ojos son las flores que nos llevan a las infinitas utopías,

Que nos designan como hombres,

Como mujeres;

Tus ojos, tus flores

Nos hacen amar,

Besar,

Vivir,

Morir,

Odiar.

Tu flor dejó raíces en mis labios,

Que eternamente buscan el alimento,

La tierra,

El amor en el jugoso mundo de la locura de mi fatal musa,

Tú, flor milenaria,

La de los ojos de orquídea,

Fuiste el acero que Marco Antonio besó con el corazón,

Tú, orquídea, musa, muerte, creación;

¡Arte!

Fuiste la serpiente de obsidiana

Que besó el exótico cuerpo de Cleopatra,

Que envenenó su sublime mente.

Eres el amor, la fe:

Tus manos,

Tus dedos,

Mueven al mundo,

Lo muestran frágil

y pecador,

Iluminado

y divino,

Tus manos hacen visibles

Los huesos invisibles

Y la piel ceñida.

¡Has quemado la candela!

¡Has acusado al anónimo culpable!

¡Le has robado la corona al rey!

Y también se la has dado,

Has mojado la pólvora de los arcabuces

Y has quemado las banderas de la libertad

Tus manos levantaron muros;

Has destruido muros,

Tus manos han hecho que se levanten las armas

¡y que se agachen!

Eres el verso absoluto,

El verso de todos los versos.

Toda boca que besa tu boca es la elegida,

Tus labios: dos palmeras que se sacuden hacia mi boca con el huracán de la virtud.

Musa de musas,

Mujer de mujeres,

Diosa de Diosas.

Más allá de tu pecho,

Gime el corazón del mundo,

Latiendo por la mente de todos los que mueren.

Más allá de tu pecho,

Gime el amor del mundo,

¡Mi amor!

¡Tu amor!

¡Más allá de tu pecho duermen los anhelos!

Hablan las voces calladas, más allá de tu pecho,

Muere la gente que vive, más allá de tu pecho.

Los amores que no existen se acabaron más allá de tu pecho.

¡Más allá de tu pecho la vida es vida!

Pues acá afuera de tu pecho,

Amapola de mi vida y mente,

¡La vida es muerte!

Amapola de mis sueños,

Corazón de Diosa,

Amapola de mi vida,

¡Delirio eterno!

Hazme dormir,

Duérmeme,

Como la violencia al rojo de las rosas,

Duérmeme,

Cierra mis ojos,

¡Amapola celestial!

¡No eres amor!

¡Eres violencia!

¡No eres violencia!

¡Eres amor!

¡No eres guerra y sangre!

¡Eres sexo, amor y paz!

¡No eres sexo, amor y paz!

¡Eres guerra y sangre!

Eres la sangre de Marte

Y el erotismo de Venus.

Eres el poder de Júpiter,

Y la piedad de Plutón,

¡Eres la psicosis de Saturno!

Y la eternidad de Minerva,

Eres lo tremendo de Baco,

Y lo brillante de Febo,

Eres lo sublime de Diana,

Y lo hermoso y tremendo de Neptuno,

Eres lo argento y rico de Mercurio

Y lo volátil de Volcano,

Amapola Santa…

Duerme conmigo,

Dame el tiempo de la humanidad,

Dame tu boca que es un paraíso y tu corazón que es un infierno,

Dame al dios de las infinitas caras que está agonizando en tu corazón.