¿Se puede perder la fe acerca de tener un buen futuro?
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- 4 feb 2021
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Por: Nicolas Daza
De las preguntas con mayor magnitud e influencia en el mundo, que han rondado por la cabeza de gran cantidad de personas, sin importar siquiera su condición social. Ésta fácilmente puede tener una amplia variedad de contestaciones que en realidad no responden a la pregunta en sí. Aunque ciertas situaciones han permitido cambiar el curso de la historia y crecer como sociedad en todos los campos científicos y sociales, se ha dado una constante debacle en el hombre moderno del siglo XXI, gracias a cierta serie de problemáticas que nos llevan afectando desde hace años y tienden a un punto de no retorno, lo que hace que se refuerce el hecho de que no tendremos un futuro soñado como todos lo imaginamos.
La humanidad está alcanzando un punto crítico en la historia, principalmente porque su ambición y egoísmo ha causado que se desaten daños en el ambiente en el cual se desenvuelve y en lo que lo constituye como persona. Conduciendo a un futuro poco prometedor, que “aparente” ser perfecto, erradicando todas sus previas fallas a costa de la explotación al hombre y la violación de los derechos humanos, lo que conlleva a que, en unos años, las personas se vean engañadas hacia el hecho de que se pronostique un grandioso mundo, como nos lo han prometido en los años recientes. Adicionalmente, debemos considerar que este fenómeno ha sido fortalecido porque en la generación de los años 2000 en adelante, se ha promovido la búsqueda de emociones fuertes y rápidas, haciendo que la sociedad adquiera un nivel de ansiedad e impulsividad acerca de lo que le depara el mañana, haciendo que nadie pueda alcanzar ese éxtasis de vida y se sientan vacíos por dentro, tal como dice el gran escritor Fiodor Dostoievski: “Es posible que al pasar por tantas sensaciones, el alma no se sacia, sino que se irrite con ellas y exija más todavía, sensaciones más y más fuertes, hasta el agotamiento total” (Dostoievski. F, 2002, p.184).
Por otro lado, debemos resaltar los progresos que ha tenido el ser humano para prolongar la vida, interconectar al planeta, innovar la economía y facilitar trabajos, no obstante, se ha evidenciado una tendencia hacia priorizar estos avances y no se ha visto que se anteponga el vivir la vida en el presente, ni que primen las experiencias y aprendizajes de hoy; estamos envueltos en un contexto que sobrevalora el futuro, haciendo que todos nosotros estemos obsesionados con lo que pasará al cabo de cierto tiempo y no nos veamos en la posibilidad de disfrutar las vivencias cotidianas y presentes. Hemos pasado a ser una sociedad tan progresiva que pensamos constantemente en lo que se llegue a pensar, crear y materializar en el mañana, lo que implica que en unas décadas, la humanidad se vea imposibilitada a ser consciente de donde se encuentra y sea manipulada por cuenta de los que se vean más beneficiados con los imparables desarrollos del género humano. Según Aldous Huxley: “Cuanto mayores son los talentos de un hombre, más grande es su poder de confundir a los demás” (Huxley. A, 2020, p.128). Lo que implica que, aunque el porvenir esté lleno de crecimientos y evoluciones, jamás llegará a ser satisfactorio para las próximas generaciones.
En conclusión, debo decir que las proles se han impuesto a sí mismas el objetivo imposible de superar a sus más recientes antecesores, lo que hace que entremos a un ciclo interminable de progreso en el cuál nunca alcancemos nada y se nos sea imposible tener la fe y esperanza de vivir y estar en ese mundo bueno y anhelado; ¿Y entonces, qué vas a hacer mañana?
Bibliografía: Dostoievski. F, “El Jugador”, p.184, 2002, Destino
Huxley. A, “Un Mundo Feliz”, p.128, 2020, Blanco & Negro


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